“Los hombres no se hacen
en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la
reflexión”. En este sentido la forma de lograr un
acercamiento a la investigación y a la formulación de modelos educativos que
rompan con lo tradicional, es con el uso
del diálogo y del entendimiento del contexto y de los educandos a los que se dirige dicho
modelo.
En
la Pedagogía del Oprimido, Freire propone una pedagogía en la que el individuo
aprenda a desarrollar sus capacidades a partir de lo que adquiere en la vida
diaria. Por el contrario no se trata de una pedagogía para el oprimido, sino de
una construcción por parte del sujeto mismo.
Una
construcción de ideas y de conocimientos que haga del sujeto un ser crítico y
reflexivo, capaz de incidir en la escena social y que su interés por su
realidad vaya más allá de un simple entendimiento de su entorno, sino de una
interpretación profunda de la realidad en la que está circunscrito. Entonces
aquí es donde se debe destacar el empeño de los humanistas y de los educadores,
centrarse en que los “oprimidos” tomen conciencia de que por el hecho mismo de
ser objeto de los opresores, como seres duales, no están pudiendo ser.
Así,
el individuo que reflexiona se va formando a sí mismo en su interior y crea su
conciencia de lucha por transformar la realidad y liberarse de la opresión en
que lo ha insertado la pedagogía que tradicionalmente hemos considerado, de la
misma manera, cuando se adquiere una forma nueva de pensar, su concepción del
status social que guarda contribuye a modificarlo, pero no es necesariamente
una concepción materialista sino ideológica.
Y
precisamente, Freire argumenta que no se pretende estudiar al sujeto como
oprimido. Lo primordial es investigar a esos hombres en cuanto a su pensamiento
y lenguaje referido a la realidad y su propia cosmovisión. También resulta
importante, la capacidad de reflexionar del ser humano, lo que propiamente lo
diferencia de los animales. Mientras que los animales viven, los hombres
existen y es la existencia la que encierra un todo. Un incesante devenir
histórico.
Sin
embargo, la existencia trae consigo
dimensiones desafiantes y los actos límites son
los que se convierten en obstáculos para poder realizar análisis detallados de una sociedad o grupo
determinado. Y es que no se trata sólo de la implementación de un modelo o
programa educativo; visto desde la sociología y la antropología es una mera
invasión cultural. Estas situaciones límites como Freire les llama, son las que
frenan la implementación de una nueva pedagogía.
Pero,
ese no es el problema, quizá el asunto
se vuelve embarazoso cuando no hay estrategias y planteamientos nuevos acerca
de cómo presentar a los individuos de una sociedad dimensiones
significativas de su realidad, cuyo análisis crítico les posibilite reconocer
su propio entorno y a partir de
ello, emprender un proceso de búsqueda de conocimientos y de creación de nuevas
alternativas didácticas.
Y
es entonces donde tenemos que encontrarle aplicación a la comunicación, ¿cómo
a través de esta herramienta hacer
sentir común una realidad e interpretar, aún siendo complejo, la cultura y la
construcción ideológica de la sociedad?
Tu comentario sobre este texto de Freire es muy interesante, el cual me parece muy interesante porque nos alienta a no estar satisfechos sólo con reflexionar sobre la realidad, sino a actuar sobre ella.
ResponderEliminar¡Tublog es muy agradable!